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Primero las negó, luego reconoció las tapas y ahora no necesariamente los contenidos.
Eligió viernes 13 para enredarse aún más en su laberinto de versiones. Nadine Heredia, la primera dama de la Nación, aseguró ahora que las agendas que están en manos de la Fiscalía que la investiga por presunto lavado de activos, sí son de su propiedad.
Sin embargo, tres meses atrás, antes de encontrarse con la iluminada certeza y acorralada por una inminente prueba grafotécnica; la esposa del presidente Ollanta Humala decía, de manera enfática, que las agendas estaban contaminadas, que no eran suyas y hasta se animó a escribir, sin coma, la famosa frase: “la verdad es mi letra” que se prestó a un universo de interpretaciones.
Eso no fue todo. El último 22 de setiembre, a su salida de la Fiscalía de Lavado de Activos, cuando se le mostró por más de tres horas cada página de las agendas que forman parte de las investigaciones, Nadine Heredia, una vez más, reafirmó su posición.
Según la presidenta del Partido Nacionalista cuando dejó de ser testigo y pasó a calidad de investigada en el Ministerio Público recién buscó en cada rincón de su casa y se encontró con la ingrata sorpresa de que sus agendas, con información confidencial, habían sido sustraídas.
¿Por qué le es tan difícil a la esposa del Presidente reconocer como suyas las cuatros agendas que la Fiscalía ya analiza hoja por hoja con peritos de criminalística del Instituto de Medicina Legal del Ministerio Público?
A todas luces, lo que busca la primera dama es simplemente no pasar por la prueba grafotécnica. Reconocer ahora que las agendas son suyas es aceptar lo inevitable sobre todo cuando sabe que la Fiscalía Especializada en lavado de Activos, y sus peritos, ya contrastan el contenido de las agendas con siete documentos de su puño y letra de la Universidad de Lima, con 14 de la Pontificia Católica y con otros 30 de manuscritos suyos archivados en la ONPE y en el Jurado Nacional de Elecciones.
Así las cosas, ¿cambiaría el horizonte fiscal si la esposa del Presidente de la República no se somete a una prueba grafotécnica? Todo apunta a que las investigaciones van sin freno.
Lo que la opinión pública debe entender es que la investigación fiscal no se centra en determinar si las agendas le pertenecen a la primera dama. La Fiscalía investiga fundamentalmente el contenido de las mismas, es decir, los misteriosos aportes al nacionalismo, su presunto manejo irregular y el crecimiento no justificado del patrimonio de los Humala-Heredia.
La memoria tardía parece estar jugándole una mala pasada a la primera dama de la Nación. No tener las cuentas claras, y, peor aún, no permitir una correcta fiscalización fiscal desgasta su imagen y la de su partido. La mentira, al final, le podría pasar una factura muy alta.