Mira lo que no se vio del conmovedor encuentro entre Isabella y Francesca Maldini en el mercado.
La web de América Televisión te muestra todo lo que no se vio del esperado reencuentro entre Isabella (Karina Calmet) y Francesca (Yvonne Frayssinet) en el último episodio de Al fondo hay sitio. Maldini llegó al mercado donde trabaja su supuesta hija, quien no entenderá el motivo por el cual la abraza y llora desconsoladamente. ¿Será que perdió la memoria o se tratará de otra persona?
La web de América Televisión grabó todo el detrás de cámaras del primer día de Karina Calmet en su regreso a Al fondo hay sitio. La recordada Isabella Picasso Maldini volvió a aparecer en la serie peruana, pero esta vez con un misterioso personaje y convertida en una vendedora de pescado dentro de un mercado. ¿Qué pasó realmente?
Miguel Ignacio (Sergio Galliani) quedó en shock al llegar al mercado y ver cara a cara a Isabella, quien se molestó porque volvieron a decirle que era la hija de Francesca. Y es que el empresario fue con Bruno y la 'Noni' a su puesto de pescado para reencontrarse; sin embargo, su reacción fue de desagrado.
Francesca Maldini vivió una escena cargada de emoción, confusión y dolor, al reencontrarse con quien juró ser Isabella. Luego de recibir una pista, llegó a un mercado donde vio a una mujer idéntica a su hija. Sin pensarlo, la abrazó desesperadamente, pero la respuesta fue desgarradora: la mujer no solo no la reconoció, sino que gritó pidiendo ayuda. Francesca quedó devastada, convencida de que se trata de Isabella… aunque nadie más parece creerle.
Francesca había estado recibiendo múltiples pistas falsas tras ofrecer una jugosa recompensa por información sobre Isabella. Sin embargo, una llamada anónima la llevó a un mercado donde, según la mujer que la contactó, estaba la persona que buscaba.
Y ahí estaba. Una mujer idéntica a Isabella, vendiendo en un puesto de pescado. Sin pensarlo dos veces, Francesca corrió hacia ella y la abrazó con todas sus fuerzas, repitiendo su nombre una y otra vez. Pero la respuesta fue fría y desconcertante: Isabella gritó que no sabía quién era y pidió ayuda a los transeúntes.