Una mujer y un taxista fueron capturados en Comas cuando retiraban dinero producto de extorsiones. Según informó la Policía Nacional, ambos intervenidos formaban parte de una red delictiva que amenazaba a mototaxistas y comerciantes en Lima Norte.

La intervención se produjo cuando los sospechosos salían de un agente bancario tras haber retirado 7500 soles, suma que, de acuerdo con las autoridades, había sido cobrada a varias víctimas bajo amenazas. La captura estuvo a cargo de la División de Investigación de Extorsiones.

¿Cómo fue la captura de los extorsionadores en Comas?

Fiorella Esther Galarza Basilio fue intervenida dentro de un vehículo estacionado frente a una botica. Según su testimonio, había dado a luz recientemente y pidió a un taxista que realizara el retiro en su lugar. Dijo que le entregaban la tarjeta en moto y que por cada retiro recibía 500 soles.

El taxista, identificado como Raúl Félix Serrano Ayala, fue detenido tras salir del agente con el dinero guardado en una bolsa negra. En su confesión, señaló que solo siguió las instrucciones de la mujer, quien le proporcionó la clave y el número de tarjeta para el retiro.

¿Qué evidencias halló la policía durante la intervención?

Durante la revisión del vehículo en el que se movilizaban, los agentes encontraron diez celulares, tres tarjetas bancarias del BCP y varios vouchers de retiro. Según el coronel PNP Víctor Revoredo, jefe de la División de Investigación de Extorsiones, estos elementos confirman la existencia de una estructura criminal bien organizada.

Además de mototaxistas, la banda también habría extorsionado a ferreterías, licorerías y boticas en diversas zonas de Comas. Las víctimas eran obligadas a pagar semanalmente entre 8 y 10 mil soles para evitar represalias.

¿Cuál es la situación legal de los detenidos?

Ambos implicados han quedado en calidad de detenidos en la sede central de la Dirincri. La Policía Nacional continúa con las investigaciones para identificar a otros miembros de la red delictiva, incluyendo a quienes entregaban las tarjetas y coordinaban los depósitos.

De acuerdo con el coronel Revoredo, este tipo de estructuras actúan bajo amenazas constantes, y sus víctimas viven atemorizadas por incendios de vehículos o ataques armados si se niegan a pagar los cupos.