Hoy:

    Brote de sarampión en EE.UU. deja dos muertos y cientos en riesgo

    El virus afecta principalmente a niños no vacunados y sigue propagándose.

    Foto y video: Canal N

    Un brote de sarampión en el estado de Texas, EE.UU., ha dejado dos personas fallecidas y más de 130 contagios confirmados, generando preocupación entre las autoridades sanitarias.

    El virus, altamente contagioso, afecta principalmente a niños que no fueron vacunados, lo que ha reavivado el debate sobre la disminución de las tasas de inmunización en el país.

    Niños sin vacuna, los más afectados por el brote

    La directora ejecutiva del Covenant Children's Hospital, Amy Thompson, confirmó que un menor de edad falleció tras complicaciones derivadas del virus.

    “Estamos aquí para confirmar que un paciente falleció debido a complicaciones causadas por el sarampión. El niño estaba en edad escolar”, declaró Thompson.

    El sarampión se transmite fácilmente por el aire cuando una persona infectada tose, estornuda o respira, lo que ha hecho que el número de casos siga en aumento.

    ¿Por qué regresó el sarampión si estaba eliminado?

    El sarampión fue declarado eliminado en EE.UU. en el año 2000, pero la reducción en las tasas de vacunación ha permitido su resurgimiento.

    La directora médica de Covenant Health Lubbock, Lara Johnson, advirtió sobre la gravedad del virus: “Es una enfermedad muy grave que tiene una tasa de mortalidad de alrededor del 3 %. Cuando hay grandes brotes, existe un riesgo significativo de muerte”.

    De acuerdo con los datos de salud pública de EE.UU., en 2023, la cobertura de vacunación contra el sarampión cayó por debajo del 93 %, un nivel considerado insuficiente para evitar la propagación del virus.

    Preocupación por la desinformación sobre vacunas

    Uno de los problemas que enfrentan las autoridades sanitarias es la desinformación sobre las vacunas. Figuras como Robert F. Kennedy Jr., quien ha restado importancia a la enfermedad, han influenciado a sectores de la población a rechazar la inmunización, aumentando el riesgo de brotes.

    Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) han insistido en la necesidad de que los niños y adultos que no estén vacunados reciban la dosis completa para evitar más contagios y muertes.