Falso chef peruano detenido en Chile por abuso a menores
David Espinoza, presentado como chef y curandero, enfrenta cargos por abusar de dos menores en Cajamarca. Tras fugarse a Chile, fue capturado por Interpol y ahora podría enfrentar cadena perpetua
Un caso que ha conmocionado a Perú y Chile revela la doble vida de David Roger Espinoza Paredes, un hombre que se presentaba como chef de renombre internacional y curandero tradicional, pero que ahora enfrenta graves acusaciones de abuso contra menores. Detenido por Interpol en Santiago de Chile, su captura destapa una historia de engaño, fuga y presuntos delitos que podrían llevarlo a cadena perpetua.
Espinoza, de 43 años, se vendía como un exitoso licenciado en turismo y hotelería, especializado en gastronomía peruana prehispánica. Aseguraba haber publicado cinco libros y viajado por siete países, impartiendo conferencias y clases en universidades extranjeras. En 2014, en Morelia, México, dictó la conferencia "Viva Perú: Historia, Folclore y Gastronomía", mientras que en 2015, en Tampico, se presentaba como un embajador de la cocina peruana. "México me abrió las puertas, y México al mundo", declaraba en un video de la época. Sin embargo, su registro académico en Sunedu no valida sus credenciales, y su imagen de profesional intachable comienza a desmoronarse.
En Cajamarca, su tierra natal, Espinoza se hacía pasar por un sanador tradicional. Según el fiscal provincial Luis Lingán, ganaba la confianza de sus víctimas presentándose como un curandero capaz de tratar males físicos y espirituales. Así logró acercarse a una madre y a sus dos hijos, de 8 y 13 años, a quienes ofreció "curaciones". La denuncia de la madre, cuya identidad se protege, es desgarradora: "El domingo violó a mi hijo menor, a las 9 de la mañana, a mi pequeño de 8 años. A mi hijo de 13 años lo violó dos veces". Además, asegura que Espinoza la amenazó, diciendo que tenía amigos policías y que podía hacer daño a su familia.
Los abusos, según la denuncia, ocurrieron entre agosto y noviembre de 2024, con un episodio adicional en diciembre. La madre relató que Espinoza llegó a su hogar bajo el pretexto de curarla, pero sus intenciones eran otras. "Me dijo que en mi casita me iba a morir, que él me iba a curar", afirmó. Los tocamientos indebidos y agresiones a los menores quedaron registrados en la acusación que llevó a una jueza de Cajamarca a ordenar nueve meses de prisión preventiva en marzo de 2025, junto con una alerta de captura nacional e internacional.
Una Fuga Frustrada
Tras conocer el proceso en su contra, Espinoza huyó a Bolivia y luego ingresó a Chile, donde creía haber evadido a la justicia. Sin embargo, una notificación roja de Interpol lo puso en la mira. El 15 y 16 de abril, la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), en coordinación con Interpol Perú y el agregado policial peruano, lo vigiló hasta capturarlo en Santiago. El comisario Ricardo Micaly, de Interpol Santiago, explicó: "En abril, las autoridades peruanas publicaron una notificación roja. Logramos ubicar al sujeto gracias al trabajo coordinado".
Actualmente, Espinoza se encuentra en una prisión temporal en Chile, mientras se tramita su extradición. El fiscal Francisco Jacir, de la Fiscalía Regional de Santiago Centro Norte, señaló que se solicitó la ampliación de su detención por hasta cinco días, conforme a la normativa legal. En Cajamarca, lo espera un tribunal, las víctimas, sus defensores y la posibilidad de nuevas denuncias que podrían extender su condena.
Un Pasado Turbio
No es la primera vez que Espinoza enfrenta controversias. En 2011, denunció haber sido secuestrado por policías de Cajamarca, un caso que plasmó en un libro titulado Tinta Negra, Tinta Roja. Sin embargo, un medio regional ofreció otra versión: Espinoza habría sido detenido por recibir dinero en una supuesta estafa, y las lesiones que presentó habrían sido autoinfligidas. "Hay que ser bien loco para darse cuatro puñaladas", respondió él, negando las acusaciones y afirmando temer por su vida.
A pesar de su historial, Espinoza logró construir una fachada de éxito. En videos, se le ve vestido de chef, hablando con orgullo de su trabajo y su supuesto impacto en la gastronomía internacional. "Soy una persona intachable", aseguraba tras su detención, negando tener antecedentes penales. Sin embargo, las evidencias presentadas por la fiscalía, junto con el testimonio de las víctimas, pintan un panorama muy diferente.