Padre e hija fueron asesinados tras almuerzo familiar
La bebé de 14 meses recibió dos disparos en la cabeza y murió al día siguiente, mientras su madre pide justicia entre recuerdos y juguetes vacíos.
Yean Carlos Silva Bazán había salido a almorzar con su esposa e hijos. Ese domingo sería el último reunidos. Un sicario acabó con su vida y con la de su hija Zoe, una bebé de solo 14 meses. El crimen ocurrió el pasado domingo 4 de mayo en un chifa ubicado en la cuadra 9 de la avenida Prolongación Las Lomas, en San Juan de Lurigancho.
Según relató su esposa, el asesino se hizo pasar por cliente, se sentó a su lado y en cuestión de segundos desató una ráfaga de disparos.
Uno de ellos impactó en el rostro de Yean Carlos, otro alcanzó a la pequeña Zoe.
El atacante huyó en una motocicleta junto a su cómplice. El local no tenía cámaras de seguridad, pero Fiorella, la esposa de la víctima, recuerda con exactitud cada movimiento.

“Se hizo el que llamaba por celular y de pronto le disparó a mi esposo.
Mi hijita estaba sentada y cuando la cargué vi que estaba llena de sangre”, declaró entre lágrimas.
Testimonios entre dolor y desesperación
Fiorella intentó salvar a su esposo e hija. “Le decía: ‘Levántate, vamos al hospital’. Pero él solo me miraba con lágrimas”, recordó.
Zoe aún respiraba, y pese a que Fiorella la llevó de inmediato al hospital Hipólito Unanue, la bebé falleció al día siguiente por los disparos que comprometieron su cerebro.
Ambas muertes ocurrieron días antes del Día de la Madre. Rosa Bazán, madre de Yean Carlos, llegó al cementerio con flores, no con regalos.
“Ahora pasaré el Día de la Madre junto a su nicho”, dijo. El dolor la consume. “Él me decía que íbamos a bailar en mis 50 años. Ahora solo hay silencio”, agregó.
Las palabras se mezclan con lágrimas. Doña Rosa recordó que su nieta era alegre y traviesa. Fiorella guardó sus primeros zapatitos y videos de sus primeros pasos.

Zoe decía “mamá, papá, agua”, y adoraba pasear con su padre. Su corta vida fue truncada por una violencia que no discrimina edad.
Zoe: la vida que apenas empezaba
Zoe estaba comenzando a caminar, aprendía a hablar y nunca fue al nido. Apenas conocía el mundo. “¿Por qué me la mataron? Era una angelita”, dijo su madre, sosteniendo una foto entre sollozos.
Los juguetes de la niña aún están en casa, pero su presencia se desvaneció en segundos.
La violencia dejó un vacío irreparable. Yean Carlos era el sustento del hogar, trabajaba como taxista desde hacía dos años.
La familia cree que pudo haber sido víctima de extorsión, una hipótesis que cobra fuerza por el modo de ejecución del crimen.
Él soñaba con ser policía, adoraba los animales, era alegre, solidario y siempre buscaba hacer el bien. Según su madre, “daba la vida por sus amigos, por su familia, por su barrio”.
Hoy, ese corazón generoso fue apagado sin razón.
Un pedido que nace del dolor
Desde su duelo, Rosa Bazán hace un llamado a la presidenta Dina Boluarte. “Que pare la mano, que se detenga la delincuencia.
Ya no se puede salir sin miedo”, dijo. La violencia le robó a su hijo y a su nieta. Ahora, su vida transcurre entre flores, lágrimas y recuerdos.
Mientras tanto, Fiorella sigue abrazando a sus hijos sobrevivientes. Su voz tiembla, pero su mensaje es firme: justicia para Zoe y para Yean Carlos.
Su historia, contada por Domingo al Día, es un reflejo del drama que viven muchas familias peruanas ante la ola de inseguridad.
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Yean Carlos Silva fue asesinado junto a su hija Zoe en un chifa de SJL.
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Un sicario se hizo pasar por cliente y disparó a quemarropa.
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Zoe, de solo 14 meses, murió por dos impactos en la cabeza.
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La familia sospecha que podría tratarse de un caso de extorsión.
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Rosa Bazán pidió acciones urgentes contra la delincuencia.