Gustavo Adrianzén niega amenaza de cierre del Congreso
El presidente del Consejo de Ministros asegura que sus declaraciones fueron malinterpretadas y que no buscó amenazar al Legislativo con un posible cierre.
El presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, aclaró que en ningún momento amenazó con el cierre del Congreso. Según sus declaraciones, sus palabras fueron malinterpretadas y su intención era llamar a la reflexión sobre la importancia de la unidad entre los poderes del Estado.
Adrianzén explicó que, de ser censurado y si su sucesor no recibe el voto de confianza dentro del plazo constitucional, la presidenta Dina Boluarte tendría la facultad legal para disolver el Parlamento. Sin embargo, enfatizó que esta era una descripción de la normatividad y no una amenaza.
El premier reafirmó su respeto por las mociones de censura presentadas en el Congreso y expresó su disposición al diálogo para explicar las acciones del Ejecutivo en la lucha contra la criminalidad.
¿Por qué se generó la controversia?
La controversia surgió tras las declaraciones de Adrianzén en una conferencia de prensa, donde mencionó la posibilidad de disolución del Congreso en un escenario hipotético.
Estas palabras fueron interpretadas por algunos sectores como una amenaza, lo que generó críticas y preocupaciones sobre una posible confrontación entre el Ejecutivo y el Legislativo.
El presidente del Congreso, Eduardo Salhuana, respondió que no existe posibilidad de que la presidenta Boluarte pueda cerrar el Parlamento, ya que las elecciones generales de 2026 ya están convocadas. Salhuana calificó las declaraciones de Adrianzén como opiniones y conjeturas sin base legal.
Adrianzén reiteró que sus declaraciones buscaban advertir sobre las consecuencias negativas de una crisis institucional y no pretendían generar inestabilidad política.
¿Cómo afecta esto a los ciudadanos?
La tensión entre el Ejecutivo y el Legislativo puede generar incertidumbre política, lo que afecta la estabilidad del país y la confianza de los ciudadanos en sus instituciones. Además, una posible crisis institucional podría tener repercusiones en la economía y en la lucha contra problemas como la criminalidad y la minería ilegal.
Adrianzén hizo un llamado a la unidad para enfrentar con firmeza y responsabilidad estos desafíos. Destacó la importancia de trabajar juntos para garantizar la gobernabilidad democrática y el respeto al Estado de derecho.
Gustavo Adrianzén negó haber amenazado con el cierre del Congreso, aclarando que sus declaraciones fueron malinterpretadas y que su intención era llamar a la reflexión sobre la importancia de la unidad entre los poderes del Estado. La controversia generó respuestas del Congreso, que descartó la posibilidad de disolución del Parlamento. Adrianzén reiteró su disposición al diálogo y su compromiso con la gobernabilidad democrática.